Las anémonas son clónicas.
No mueren, se dividen siendo enteras,
se duplican, se espejean, se copian a sí mismas y,
sin morir, vuelven a nacer eternamente.
Son su mitad y la mitad de su mitad multiplicada.
Doblan sobre sí sus cuerpos,
se parten infinitas desde el centro de sí mismas.
No mueren, sólo se marean un poco al imitarse.
Pero yo..., yo soy mucho más inteligente:
me muero, sí, pero no me plagio nunca
* (mención especial en el "I Certamen Internacional Jirones de Azul", publicado en el libro "Con Buenas Palabras" ).
* Publicado en la Revista nº 2 de ALKAID EDICIONES
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